¿Se siente triste, vacío o sin esperanza la mayor parte del día, casi todos los días? ¿Ha perdido el interés o el placer en sus pasatiempos o en pasar tiempo con sus amigos y familia? ¿Tiene dificultad para dormir, comer o funcionar? Si se ha sentido así durante por lo menos dos semanas, es posible que tenga depresión, un trastorno grave, pero tratable, del estado de ánimo…